No fue instantáneo.
No.
Fue mucho más.
Te sentía cada vez más intensa,
cada gesto, cada palabra,
cada mirada se convertía
en un ensordecedor silencio dentro de mí.
cada gesto, cada palabra,
cada mirada se convertía
en un ensordecedor silencio dentro de mí.
Y no pude con tanto peso.
No supe cómo sostener
el corazón ardiendo
en mis propias manos.