Páginas

miércoles, 30 de diciembre de 2009

Historia de una H que no quería pasar desapercibida

Crees que te acostumbras, llegas a tener la sensación de que ya no te das cuenta, que actuas y no te importa nada más, pero en el fondo duele.

Y es cierto, en ningún momento negamos, ni escondemos, pero sí evitamos, y se llega a la terrible realidad de que evitando ni siquiera nombramos, y al no nombrar parece que no existimos. Igual que las H conforman palabras que estarían mal escritas sin ellas pero continuamente da la sensación de que no existen pues no se nombran.

¿Y sabéis qué? Somos imbéciles! Nosotros mismos hemos creado esta situación.

DE LO ÚNICO QUE NO SE ARREPIENTE UNO EN LA VIDA ES DE HABER SIDO VALIENTE

jueves, 17 de diciembre de 2009

Historia de una Hache que no quería ser muda*

De injusticias hay muchas.
Algunas son evidentes
y otras se esconden bajo el efecto nulo de ser una Hache.
Pues quieren hablar, reverlarse,
pero son mudas.
Ofrecen constantemente dosis de personalidad,
siendo letra como todas las demás,
igual que las personas
personas son todas por igual.
Igual y desigual,
que no diferencia.
Pues la diferencia nos hace ricos.
Pues la diferencia nos hace progresar.
Ésta es la causa de algunos injustos personajes
que imponen modelos retrógrados
en los que tan solo se acepta rechazar.
Yo soy diferente,
pues me define una Hache al comenzar.
Y aunque yo y mis semejantes
alcemos la voz
seamos personas
y ofrezcamos amor,
persistirá el pensamiento
que nos haga callar una vez más.
Pero quede claro ante todos,
que el silencio no es sinónimo de no hablar.
Pues en silencio seguiremos siendo personas
y en silencio haremos desaparecer
el lamento íntimo de que no nos dejen ser.
Y quede claro también,
que aunque la mudez nos defina,
mudos no queremos ser.


*Título tomado de una canción de Love of lesbian.

jueves, 10 de diciembre de 2009

Relación

Los sacrificios nunca se me han dado bien. Tiendo a moverme por la delgada línia que existe entre el hedonismo y el arrepentimiento.
Pero, poco a poco la cosa va cambiando, pues el sacrificio está íntimamente ligado al hedonismo y elimina por completo el arrepentimiento.