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jueves, 18 de febrero de 2010

Suicidio

Estaba sentada al borde del sofá, un sofá muy antiguo. Una mano la tenía entre sus piernas, apretándola con fuerza, desahogando toda su pena y su rabia a través de ellas. La otra mano sujetaba un pañuelo ya muy arrugado que utilizaba para secarse las grandes lágrimas que recorrian su cara. Al mismo tiempo se balanceaba sobre ella misma suavemente. Despeinada y sucia de varios días, sumisa en una profunda depresión, no cesaba de llorar y maldecirse, creyendo y confirmándose su soledad. Sobre la mesa, al alcance de ella, descansaba un tubito de pastillas naranja con una etiqueta blanca medio vacío. Después de varios días de desconsuelo, conviviendo con gente que la veía pero que no la miró, decidió ahorrarse sufrimiento.

3 comentarios:

Paula la zarrapastrosa. dijo...

He estado leyendo tu blog, lo descubrí a raíz del comentario que me dejaste. Me parece realmente interesante, y te expresas muy bien, me alegro de haberlo descubierto. También te sigo.

Rafi dijo...

Veo que te has hecho fanática de MIKA!! A mi también me encanta, y ese vídeoclip que has colgado es divertidisimo. Has escuchado la canción de su primer disco que dice: Oh Bily Brown felt in love with another man?

LuisXL dijo...

El suicidio no es la salida. No hay que adelantar lo que inevitablemente sucederá cuando la muerte venga a buscarnos.

La vida es corta y dura. Chúpame la vida.

Un petó XL.